Los últimos anuncios del gobierno cubano sobre la liberación de 553 presos han atraído la atención internacional. La asociación MenschenDeCuba e.V. valora expresamente este hecho, pero deja claro que la liberación de presos políticos en Cuba no equivale a una auténtica libertad ni a un avance hacia la democratización. Estas excarcelaciones de las prisiones cubanas se producen en condiciones que no ponen fin a las condenas arbitrarias ni a la violación masiva de los derechos humanos.
Presos políticos como instrumento de presión
Cientos de personas están encarceladas en Cuba por motivos políticos, muchas de ellas por ejercer derechos humanos básicos como la libertad de expresión o participar en protestas pacíficas. Entre ellas se encuentra el ciudadano alemán Luis Frómeta Compte. Según organizaciones de derechos humanos e informes de antiguos presos, en las cárceles cubanas imperan condiciones inhumanas, caracterizadas por la desnutrición, la tortura, la violencia y la falta de atención médica.
Según el gobierno cubano, las excarcelaciones previstas se llevarán a cabo de forma gradual y se decidieron en el contexto del Año Jubilar 2025 proclamado por la Iglesia católica. El Papa Francisco fue informado de la decisión en enero de 2025 por el Presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, tras las negociaciones con el Vaticano. El Presidente ya había hablado de la situación de los presos durante una visita al Vaticano el pasado mes de junio.

Conexión con la lista terrorista de EE.UU. y la diplomacia secreta
La liberación de los presos coincide con una importante decisión adoptada por Estados Unidos poco antes del final del mandato del presidente Joe Biden: Cuba saldrá de la lista de Estados que apoyan el terrorismo. Esta categorización, vinculada a sanciones económicas masivas, fue reactivada por la administración Trump en 2021. Para ello aludió al apoyo de Cuba al presidente venezolano Nicolás Maduro y a su negativa a extraditar a líderes de la guerrilla colombiana.
Cabe suponer que tanto la retirada de Cuba de la lista de países terroristas de EE.UU. como la liberación de las 553 personas están estrechamente vinculadas a la mediación del Vaticano. No es la primera vez que Cuba y EEUU alcanzan acuerdos políticos y éxitos negociadores a través de la diplomacia secreta y la mediación de terceros. Normalmente se consiguen a costa de personas que previamente han sufrido las más duras condiciones de las cárceles cubanas. Los presos políticos en Cuba siempre son considerados rehenes que son utilizados indebidamente como moneda de cambio con fines políticos.
Por qué Cuba se incluyó en la lista de países terroristas de EE.UU.
La inclusión de Cuba en la lista de países terroristas de Estados Unidos se remonta a 1982, cuando el país fue incluido en ella por su apoyo a grupos terroristas internacionales y movimientos políticos que empleaban la violencia. Un ejemplo significativo de ello fue el apoyo de Cuba al grupo guerrillero colombiano M-19, que llevó a cabo un espectacular ataque contra la embajada de la República Dominicana en Bogotá en 1980, tomando como rehenes a diplomáticos de alto rango y negociando su huida a Cuba y un rescate a cambio. Poco después de su llegada a Cuba, los guerrilleros, equipados con armas soviéticas, regresaron a Colombia para continuar su lucha armada.
Además, Cuba concedió a los miembros del movimiento norteamericano de las Panteras Negras, del grupo vasco ETA y otros grupos internacionales calificados de terroristas por Estados Unidos y sus aliados.
Bajo el gobierno comunista, Cuba se hizo un nombre como actor clave en la Guerra Fría al apoyar movimientos internacionales y grupos terroristas dirigidos contra las democracias occidentales. Esta implicación convirtió al país no sólo en un adversario geopolítico de Occidente, sino también en un símbolo de la lucha contra los principios de las sociedades democráticas y su influencia en todo el mundo.

Los puntos de inflexión de Obama y Trump
En 2015, el gobierno de Barack Obama retiró a Cuba de la lista de países terroristas para reanudar las relaciones diplomáticas entre ambos vecinos tras décadas de tensiones políticas. La negativa continuada del gobierno cubano hasta el día de hoy a impulsar reformas políticas fundamentales hacia la democratización del país -a pesar del acercamiento bajo el mandato de Obama- confirmó a Cuba como un país autoritario que no ha avanzado en garantizar la libertad de expresión, unas elecciones justas o la protección de la oposición política.
Los dirigentes cubanos de Raúl Castro y, más tarde, de Miguel Díaz-Canel siguieron aferrados a su sistema de partido único, en el que se reprimen las opiniones disidentes y se encarcela arbitrariamente a los presos políticos. Sin embargo, la medida de retirar a Cuba de la lista de países terroristas fue revocada por la administración Trump en 2021. La razón aducida fue que Cuba sigue apoyando a organizaciones terroristas y regímenes autoritarios como el de Nicolás Maduro en Venezuela y proporciona protección a presuntos terroristas.
Sin libertad real para los excarcelados
Aunque las excarcelaciones son acogidas con satisfacción por actores internacionales y organizaciones como MenschenDeCuba e.V., hay una crítica clara: las excarcelaciones se basan en un acuerdo de libertad condicional que no constituye una amnistía ni un indulto. Las condenas de los afectados siguen vigentes y continúan viviendo bajo la amenaza constante de volver a ser encarcelados. Según los informes de los primeros presos excarcelados, como Rowland Castillo, menor de edad durante las protestas del 11 de julio de 2021, o José Daniel Ferrer, símbolo de la oposición cubana cuya pena de prisión ya había expirado, fueron presionados por las autoridades de seguridad para que no hablaran sobre sus condiciones de encarcelamiento ni sobre la situación política en Cuba.

Exigencias al gobierno comunista
MenschenDeCuba e.V. subraya: ¡Estas personas no son libres! Las personas liberadas siguen siendo rehenes de un sistema que utiliza a los presos políticos como elemento de presión en las negociaciones internacionales.
MenschenDeCuba e.V. exige al gobierno comunista la liberación incondicional de todos los presos políticos y el pleno reconocimiento de sus derechos humanos. Las medidas actuales no son suficientes para resolver los problemas fundamentales de la represión política y la justicia arbitraria en Cuba.
Los últimos acontecimientos demuestran lo estrechamente entrelazados que están la diplomacia internacional y los derechos humanos. Sin embargo, mientras no se restablezcan plenamente los derechos de los afectados, la supuesta libertad de muchos ex presos y la libertad de toda una nación seguirán siendo una ilusión.
